Querido César:
Antes de que te vayas quiero decirte algo. Quiero reivindicarte, restaurarte, traerte a nuestro recuerdo como eras cuando yo te conocí, cuando tenías 18 años y el mundo estaba a tus pies.
Creo que nadie ha vivido como le ha dado la gana tanto como tú. Y esto era vivir responsablemente, como tú lo sentías, como querías hacerlo, vivir "de verdad". Aunque para ti todo era mentira, un engaño, una jugarreta absurda que solo se merecía que te mostraras así: rebelde, inconformista, retador, siempre viendo las cosas desde el otro lado. Crítico con todos, menos contigo. Eras demasiado sincero, le habías encontrado los peros, las pegas, los...defectos a esta sociedad y te anclaste como un héroe en la proa de este barco que te llevaba inevitablemente a la deriva.
A ti no te hacían falta nunca consejos, ni profesores, solo querías amigos. Las tesis te resbalaban, enseguida las desmontabas, de un plumazo, con una frase corta y...sobre todo con la risa. Porque si de algo me voy a acordar de ti es de cómo te reías y nos hacías reir a todos. El sentido del humor del Séssar era lo más querido por todos los que te conocimos. Qué noches tan increíbles, llenas de música, poemas, ideas, dibujos. César y sus dibujos. César y sus libretas.Siempre creador, plasmando todo en los papeles, en las viñetas...poniendo discos de sus grupos favoritos y enseñándotelos, una y otra vez, hasta que te los aprendías y, después todos los cantábamos.Tenía verdaderos himnos(Eduardo Benavente, Evaristo, Damned, Magazine, los Pistols, los Clash...) César didáctico, siempre descubriéndolo todo y explicándolo a los demás.
Cuando encontraste lo que querías, cuando descubriste lo que sabías hacer "bien", que era escribir, cuando te rodeaste de los que querías y volviste a tu amada Nájera, la vida te jugó una mala pasada. Qué risa César, pero qué amarga, qué cruel, y cuando menos lo esperabas.
Hoy desde aquí, estés donde estés, quiero que vuelvas a reir y que nos contagies a todos con tu risa.¡Cómo odiabas la tristeza! Que no haya más lágrimas, nunca más, que lo dice César.